No es un concepto nuevo, pero todavía existen algunas organizaciones dedicadas en la formación que no contemplan, o por lo menos, no lo hacen de forma directa, este proceso fundamental en toda acción de intención formativa. A continuación voy a desgranar algunos de los aspectos más relevantes del diseño tecnopedagógico.
El diseño tecnopedagógico (DTP) surge de la necesidad de optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje para garantizar su éxito. Es por eso que, necesariamente, tiene que integrar en su intervención los diferentes aspectos que convergen en la programación de intenciones pedagógicas y en la generación de los recursos materiales. Por lo tanto, el DTP acontece un concepto en el que confluyen aspectos tan aparentemente dispares como la psicología, las teorías del aprendizaje, el diseño o las tecnologías de la información y la comunicación. Esta combinación disciplinar dota al campo del DTP de múltiples perspectivas que lo acercan a la ciencia, el arte o la ingeniería, disciplinas que también han ejercido una importante influencia en su evolución.
Esta concepción multidimensional del DTP plantea una especialización profesional en el campo de la enseñanza que combina los conocimientos pedagógicos con la aplicación de los últimos avances en las tecnologías de la información y la comunicación. En definitiva, un perfil que no tiene por qué coincidir con el del profesor, es decir, la persona que domina la materia o disciplina a enseñar y que imparte el curso. De esta forma, se manifiesta la figura del diseñador tecnopedagógico como un nuevo agente en el proceso educativo que se encarga de tomar las decisiones relativas a la elección de estrategias pedagógicas y el desarrollo de los recursos educativos, así como su evaluación y mantenimiento.
La influencia de las corrientes psicológicas y pedagógicas a lo largo de la historia del DTP es evidente. Pero resulta especialmente interesante como partir de la década de los 80 y, sobre todo, en la de los 90 la popularización de los microcomputadores revolucionó la concepción del DTP, hasta el punto de impregnar las TICs completamente su práctica, no sólo desde el punto de vista del que se tiene que diseñar (recursos educativos, cursos online…) sino también desde el punto de vista del propio diseño (herramientas de apoyo al diseño, gestión del conocimiento…). Más todavía, con la aparición de Internet, la formación a distancia ha acontecido una modalidad educativa fuertemente ligada al DTP. Hoy por hoy, resulta difícil hablar de diseño pedagógico sin añadir “tecno” entre los dos conceptos.
En cuanto al futuro del DTP, los continuos avances tecnológicos nos están convirtiendo en una sociedad altamente conectada, en continúa comunicación con nuestro entorno y con acceso inmediato al conocimiento, lo que plantea nuevos retos por la educación del siglo XXI. Es en este contexto global donde el campo del DTP tiene que determinar, en cada caso, las estrategias de actuación más adecuadas para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y es en ese escenario donde tiene que tomar cada vez más relevancia la figura del diseñador tecnopedagógico, para así acontecer un rol fundamental en la organización de cualquier acción con intenciones formativas.
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