En el año 1965, el cofundador de Intel Gordon Moore formuló lo que hoy día se conoce como la Ley de Moore, y venía a decir algo así:
El número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas.
Posteriormente, modificó sus declaraciones para ajustar un poco más el periodo en el que observaba dicha tendencia (a 24 meses), pero lo cierto es que su predicción se ha cumplido, más o menos, hasta fecha de hoy. En el siguiente enlace se muestra de forma gráfica esta tendencia, mostrando una progresión de imágenes de microprocesadores de distintos años, junto al número de transistores que contienen.
Sin embargo, algunas voces hablan ya del fin de la tendencia propuesta por Moore, ya que el incremento de transistores en el microprocesador, a partir de determinadas cantidades, puede generar problemas de abastecimiento de energía y sobre calentamiento, por lo que, a partir de determinado momento, no sea posible duplicar de nuevo su número. Eso no quiere decir que los ordenadores no puedan seguir evolucionando, de hecho lo harán, pero mediante la introducción de nuevas tecnologías diferentes a los transistores. Curiosamente, esto es algo que el propio Moore vaticinó en su momento, sólo que el puso de fecha tope a su ley el año 2007.