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6 diferencias entre el rol docente presencial y el rol docente en línea
Decálogo del estudiante en línea
Los nuevos paradigmas educativos en torno a la educación en linea han configurado un escenario en el que el estudiante se sitúa en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje y, por tanto, se convierte en el agente educativo principal. Este giro copernicano respecto a los paradigmas educativos tradicionales implica un cambio sustancial en el rol del estudiante online que, utilizando un símil teatral, pasa a protagonizar la obra de la que antes únicamente era espectador.
Pero, ¿en qué consisten estos cambios y cómo afectan a éste al nuevo estudiante del siglo XXI? A continuación se recogen las 10 características que todo estudiante en linea tendría que tener presentes para comprender las implicaciones de su papel en el proceso educativo; es el decálogo del estudiante en linea.
Uno: El estudiante en linea es el protagonista
Ya se ha comentado a la introducción, pero hay que remarcarlo puesto que es una característica fundamental del estudiante en linea. Pero esta promoción de un papel secundario a un papel protagonista no sólo implica un diseño de los procesos de enseñanza que se adaptan a las necesidades del alumno, sino también de una toma de conciencia del estudiante para tomar el control del proceso de aprendizaje y adaptarlo a su contexto e intereses. El estudiante en linea tiene que saberse protagonista y debe actuar como tal.
Dos: El estudiante en linea no tiene prejuicios
El estudiante en linea tiene que saber que la educación a distancia en sí mismo no implica ni mejor ni peor calidad que la presencial; ni tiene porque ser más fácil o difícil; o requerir una mayor o menor inversión de tiempo. Por el contrario, el estudiante en linea tiene que ser consciente que el resultado del proceso educativo depende en gran medida de su actuación, mostrando en todo momento una motivación muy grande hacia el proceso, que ha de conservar a pesar de las dificultades que pueda encontrar.
Tres: El estudiante en linea es proactivo
El estudiante en linea no se tiene que limitar a seguir las instrucciones para estudiar unos contenidos, sino que tiene que tomar el control del estudio de forma activa y tener la iniciativa para investigar y descubrir nuevos contenidos o nuevas y mejores formas de estudiar esos contenidos. Esta es una actitud creativa que tiene que buscar la continua mejora en su estructura de conocimiento y en el propio el proceso de aprendizaje.
Cuatro: El estudiante en linea se autogestiona
El estudiante en linea es el propietario de su tiempo y su espacio, y los gestiona según sus intereses y necesidades. Él tiene que decidir cuándo, dónde y cómo tienen lugar los procesos educativos y esto tiene que hacerlo de forma transparente al proceso. La libertad en cuanto a ubicación y dispositivo de acceso y la asincronía comunicativa que ofrecen las nuevas tecnologías constituyen la base sobre la que el estudiante online puede acomodar sus responsabilidades formativas a su vida cotidiana. Además, tiene que hacer gala de una gran autodisciplina de acuerdo con la organización marcada .
Cinco: El estudiante en linea interactúa
Una de las características fundamentales de la educación basada en Internet son las grandes posibilidades de interacción que ofrece este medio. El alumno en linea tiene que aprovechar estas ventajas para su provecho, explorando y explotando los diferentes canales, sentidos y grados de formalidad de la comunicación cibernética, con el objetivo de lograr nuevos estados de conocimiento.
Seis: El estudiante en linea colabora
La web 2.0, basada en la construcción colaborativa de conocimiento a Internet, supuso una auténtica revolución que expandió enormemente el potencial de la Red. La educación en linea también tiene que impregnarse de esta tendencia para lograr su máximo potencial. Por eso, más allá de considerar la educación en linea como un escenario de aprendizaje individual, el estudiante en linea se ha abrir a la colaboración a través de los diferentes canales de interacción; Tiene que tener presente que mediante la interacción se puede llegar a la colaboración y gracias a la colaboración se construye el conocimiento.
Siete: El estudiante en linea se forma permanentemente
La rápida evolución de los conocimientos y la relativa facilidad con que el estudiante puede acceder a ellos, ya sea mediante educación formal o informal, generan un contexto en el que el aprendizaje permanente acontece fundamental para el desarrollo del individuo dentro de la sociedad. El estudiante en linea ha de configurar su itinerario formativo de acuerdo con sus intereses, teniendo muy presente las posibilidades de la aplicación de los conocimientos adquiridos a su contexto profesional y/o personal más inmediato.
Ocho: El estudiante en linea domina las TIC
Ante este nuevo paradigma educativo, es preciso que el estudiante en linea esté en posesión de unas competencias digitales suficientes para sacar el máximo potencial a un proceso educativo basado en las TIC como el que le ocupa. Sea nativo digital o no, el estudiante en linea tiene que interesarse por los avances tecnológicos porque debe saber que pueden mejorar la forma en la que aprende.
Nueve: El estudiante en linea sabe expresarse
Todo y las potencialidades multimedia de Internet, en la actualidad la educación a distancia continúa estando fundamentalmente basada en texto. Por eso, el estudiante en linea tiene que saber expresarse correctamente, mediante una composición textual coherente, cohesionada y concisa. Esto, junto con el uso de un lenguaje y tono adecuado al contexto educativo, que sea respetuoso con las opiniones y propuestas de sus compañeros. Esto es clave para lograr una unos procesos de interacción y/o colaboración fructíferos.
Diez: El estudiante en linea no tiene límites
De lo que se ha expuesto a los apartados anteriores, se desprende que el potencial de un estudiante en linea lo determina el propio estudiante en linea. Así, es él quien decide hasta dónde quiere llegar. Esto, en un contexto de interacción y de acceso a los conocimientos ilimitado cómo es Internet, debe transmitir al estudiante en linea la idea de que sus posibilidades son potencialmente infinitas. Y así lo tiene que saber.
Fuentes consultadas
- BARBERÀ, I. LEVIN, I. (2005). Canvis en l’acció docent: de les classes presencials a les classes virtuals. Barcelona: UOC.
- BENITO, M. (2009). Desafíos pedagógicos de la escuela virtual. Las TIC y los nuevos paradigmas educativos. Telos, cuadernos de comunicación e innovación, 78. Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo= 2&rev=78.htm
- BORGES, F. (2007). L’estudiant d’entorns virtuals: una primera aproximació. Digithum, 9.
- BORGES, F (2008). Guia de l’estudiant virtual de l’escola d’administració pública de Catalunya. Barcelona: Anglofort
- JONASSEN, J. (2005). Processos d’aprenentatge mitjançant les TIC. Barcelona: UOC.
- PÉREZ-MATEO, M.; GUITERT, M. (2010). Aprendre i ensenyar en línia. Material didàctic UOC.
CLIL y conectivismo, una relación con mucha química
Ya se ha hablado anteriormente en este blog de conectivismo y de CLIL, dos paradigmas educativos que, a simple vista, parece que tienen muchos puntos de encuentro. Sin embergo, a diferencia del conectivismo, que es un enfoque pedagógico relativamente reciente, CLIL ya lleva mucho tiempo con nosotros; de hecho, originariamente, está asociado con el constructivismo.
El objetivo de esta entrada es poner de manifiesto los evidentes elementos comunes que presentan estos dos paradigmas educativos y determinar hasta qué punto una actividad CLIL se puede plantear desde un punto de vista conectivista. Eso sí, hay que tener en cuenta que el enfoque o paradigma bajo el que se catalogue una actividad CLIL dependerá de cómo esté esta diseñada.
A continuación se enumerarán una por una las propiedades enunciadas por Downes para caracterizar el conectivismo y se comentará como se relacionan con las características de la metodología CLIL. Para más información sobre las diferentes características, remitirse al artículo previo publicado en este blog en el que se habla del conectivismo.
Vamos con las características:
El conectivismo implica diversidad
La diversidad en CLIL se caracteriza por la enseñanza centrada en el alumno, obteniendo su implicación a través de la propuesta de actividades que partan de su contexto y necesidades más inmediatas para, gradualmente, ir ampliando el foco. Evidentemente, estas necesidades de partida pueden variar de un individuo a otro.
También es una característica relacionada con la diversidad el hecho que CLIL proponga un tipo de enseñanza flexible y facilitadora, es decir, que atienda a los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos, adaptando así el grado y complejidad tanto de los contenidos como de la exposición a la lengua objeto de estudio.
Otro aspecto a tener presente es el hecho que al impartir las enseñanzas en una lengua extranjera, es más que probable que en algún momento forman parte de los contenidos artículos y/u opiniones que provengan de contextos sociales y culturales diferentes, contrastando así con aquellas opiniones que se han tomado como punto de partida.
El conectivismo promueve la autonomía
La autonomía es una de las características de la metodología CLIL, que confiere al alumno la responsabilidad de recopilar, contrastar o analizar informaciones relacionadas con un tema determinado.
También hay que señalar la autonomía que se le cede al alumno para que sea protagonista de su aprendizaje de la lengua de estudio, de forma que tendrá que diseñar estrategias para compensar las carencias comunicativas que encuentre en el proceso de aprendizaje.
El connectivismo se basa en la interactividad
Otra característica inherente a CLIL es la interactividad, de forma que se fomentan las actividades en las que los alumnos interactúan entre ellos, en grupos o no, o con terceras personas.
La interacción es una parte fundamental del aprendizaje de lenguas en todas sus vertientes, ya sea en la producción textual u oral, en definitiva, de la competencia comunicativa.
El conectivismo tiene lugar en condiciones de apertura
Esta característica la encontramos al CLIL en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación que fomentan la apertura del aula más allá de sus umbrales físicos.
Como se puede apreciar, es relativamente sencillo asociar las características de la metodología CLIL con las propiedades que definen el conectivismo. Por lo tanto, hay que concluir que no son conceptos incompatibles y que es posible plantear una actividad CLIL desde un punto de vista conectivista. De hecho, visto lo visto, se puede afirmar que el enfoque conectivista encaja en la perfección con los principios de la metodología CLIL. Parece que después de todo este tiempo, CLIL ha encontrado un compañero de viaje a su medida. O parafraseando una mítica frase de película, parece que este puede ser el comienzo de una bonita amistad.
Más información:
6 características del aprendizaje en línea
Qué duda cabe que el paradigma educativo del siglo XXI se caracterizará por el uso de las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje y estará basado en un modelo de aprendizaje en red donde la construcción social del conocimiento tenga un papel elemental.
En efecto, el e-learning o aprendizaje en línea ya es considerado por algunos autores algo vinculado a Internet y sus infinitas posibilidades. Pero este tipo de aprendizaje sustentado por la tecnología y transparente a ubicación geográfica y/o temporal se desmarca, definitivamente, del aprendizaje presencial.
¿Pero cuáles son las características de este tipo de aprendizaje? A continuación se señalan algunas de las características que definen esencialmente a este proceso.
1. Es un proceso centrado en el estudiante
El estudiante se sitúa en el centro del proceso de aprendizaje y se convierte en el agente educativo principal sobre el que giran los demás. No es casualidad que la mayoría de términos con que se designa a estos procesos educativos contienen el término «aprendizaje» y no otros que no se refieran a un proceso tan subjetivo al estudiante como es aprender.
2. Es un proceso basado en la interacción
La interacción permite a los alumnos socializar con el entorno educativo y, de ese modo, evolucionar hacia un nuevo estado de conocimiento. Promueve una transformación. En ese sentido, cabe destacar las múltiples perspectivas de la interacción: estudiante-profesor, estudiante-estudiante, estudiante-recursos y estudiante-entorno de aprendizaje.
3. Es un proceso en el que se da lugar a la colaboración
Pese a que el aprendizaje en línea puede suponer un escenario idóneo para la formación individual y autónoma, el potencial que adquiere el proceso gracias a la colaboración facilitada a través de los diferentes canales de interacción es algo a tener muy en cuenta.
4. Es un proceso en el que se utilizan las TIC
Como ya se ha comentado previamente, hoy por hoy tienen poco sentido hablar de aprendizaje en línea sin tener en cuenta la tecnología proporcionada por los ordenadores y el acceso a Internet. Sin duda sobre esta tecnología recae gran parte del peso de las características comentadas anteriormente y de las que vienen a continuación.
5. Es un proceso asíncrono y deslocalizado
Es decir, las diferentes interacciones tienen lugar en momentos de tiempo diferentes y desde ubicaciones geográficas distintas. El factor tiempo y espacio se difumina en el concepto de «aula virtual» donde la interacción se puede dar, indepenpendientemente del lugar físico o del tiempo que disponga cada uno de los participantes. Es decir adaptándose a la situación individual de cada uno.
6. Es un proceso basado en texto
Pese a la riqueza multimedia de la llamada web 2.0, hasta ahora el aprendizaje en línea se ha basado en el texto medio para la construcción interactiva de conocimiento, mediante la interacción, la revisión de contenidos y la transmisión de conocimientos.
A modo de conclusión, se puede afirmar que en el aprendizaje en línea se construye alrededor del alumno, adaptándose a sus necesidades y ofreciéndole un mayor protagonismo en su propio aprendizaje. Sin duda, esto se distancia bastante de los procesos de enseñanza presenciales (o al menos, de los más tradicionales). Y, como no, en este giro copernicano la tecnología se reserva un papel fundamental.
Para más información, se puede consultar el texto de María Pérez-Mateo y de Montse Guitert que es el que se ha empleado como fuente para elaborar esta entrada:
Las 3 caras de la educación a distancia
Educación a distancia, eLearning y educación abierta. A veces estos tres conceptos se utilizan como sinónimos pero no lo son. Sin embargo, sus definiciones tienen muchos puntos en común de forma que, en algunas ocasiones, es difícil entender uno sin que se de el otro.
En el siguiente póster he tratado de encontrar esos puntos en común y he puesto algunos enlaces de lo que, a mi juicio, suponen algunos ejemplos prácticos que ilustran las diferentes vertientes de dichos conceptos. He completado el póster con algunos apuntes sobre las conclusiones a las que se han llegado sobre los diversos aspectos que afectan a la educación a distancia (tipos de alumnado, interacción, resultados de aprendizaje y percepción de los alumnos).
Para finalizar, he destacado las que considero son las barreras fundamentales que se encuentra este tipo de educación y he añadido unos breves apuntes prospectivos sobre hacia dónde creo que evolucionará.
CLIL: Mucho más que aprendizaje de lenguas
El aprendizaje de lenguas mediante el tratamiento integrado de lengua y contenidos, también conocida por sus siglas en inglés CLIL (Content and Language Integrated Learning), es una metodología que se caracteriza por el uso vehicular de la lengua objeto de aprendizaje en la enseñanza de contenidos en áreas no lingüísticas. En esta entrada desgranaremos algunas de las características fundamentales de esta metodología.
El objetivo de esta metodología es integrar de forma transversal al currículum educativo el aprendizaje de lenguas. Así, al emplear una lengua diferente a la lengua nativa del alumno (L1) por la interacción al aula se aumenta la exposición del alumno a esa nueva lengua, que puede ser una lengua en contacto (L2) o una lengua extranjera (LE), de forma que pasa progresivamente a formar parte de su realidad diaria y su contexto cultural. De esta forma se fomentan las competencias comunicativas, en especial las relacionadas con las lenguas extranjeras, siguiendo así las recomendaciones propuestas por la Comisión Europea que establecen las competencias clave para el aprendizaje permanente.
Este aprendizaje en una lengua diferente de la L1 se sustenta en la hipótesis de Cummings y Swain sobre la existencia de una competencia subyacente común. Esta hipótesis plantea que existe un área común donde se almacenan los conocimiento y las habilidades cognitivolingüísticas independientemente de la lengua en que se adquieren, que simplemente tendría una relevancia superficial en el proceso.En cualquier caso, este traspaso del tiempo dedicado a la enseñanza de las lenguas a las áreas no lingüísticas de los currículums de las diferentes etapas educativas, responde a la necesidad de dedicar más y más tiempo al aprendizaje de las lenguas. Así, la carga de las áreas lingüísticas no se hace excesiva, yendo en detrimento del resto, y además, hay que señalar que hay ciertas estrategias coognitivolingüísticas (justificar, resumir , describir, demostrar…) o de procesamiento de la información (localizar, valorar, organizar, comunicar…) que pueden ser tratadas mejor en áreas no lingüísticas. Sea como fuere, la metodología CLIL ofrece los alumnos una posibilidad real de interactúar en una L2 (o LE) de forma habitual en el contexto académico, puesto que difícilmente lo podrán hacer fuera de la escuela.
Sin embargo, CLIL no es un término nuevo. De hecho, existen precedentes que avalan su efectividad en sistemas educativos, como se el caso del canadiense. En este sistema se ha promovido con gran énfasis de las administraciones educativas el uso de metodologías innovadoras por la enseñanza bilingüe ya desde los años setenta. En cualquier caso, no fue hasta los 90 cuando se estableció el término CLIL para hacer referencia en este enfoque metodológico. En cualquier caso, es importante ver la enseñanza de tipo CLIL como un producto o evolución de sus antecedentes históricos.
Sea como fuere, en la actualidad esta metodología está presente a los sistemas educativos de muchos países en todo el mundo, teniendo especial presencia a la Unión Europea, debido a las singulares características socioculturales y organizativas que promueven la movilidad laboral y educativa dentro de un contexto plurilingüe. En ese contexto, este enfoque recibe varias denominaciones en función del país o el idioma en que se aplica: TILC (Tractament Integrat de Llengua i Continguts) para el valenciano, AICLE (Aprendizaje Integrado de Conocimientos Curriculares en Lengua Extranjera) para los programas en español, CLIL (Content and Language Integrated Learning), EMILE (Enseignement de Matières par el Integration de une Langue Étrangère) y CLILiG (Content and Language Integrated Learning in German). Ahora bien, parece que existe suficiente consenso en que CLIL es la expresión más adecuada en todos los contextos de aprendizaje de lenguas extranjeras mediante los contenidos curriculares, por lo cual se ha optado por este término para la redacción de esta entrada.
Pero, hoy por hoy, la metodología CLIL es mucho más que una simple inmersión lingüística. Algunos autores definen el CLIL como un “paraguas” donde caen diferentes acercamientos metodológicos por la enseñanza de lenguas como pueden ser la inmersión lingüística, programas bilingües y plurilingües o programas de enriquecimiento de la lengua. Si bien, lo que realmente aporta CLIL es flexibilidad entre los diferentes aspectos de los diferentes acercamientos que le confiere la capacidad de aprovechar los puntos más fuertes de cada uno de ellos.
En ese sentido, el enfoque CLIL es plantea como un enfoque pedagógico innovador y adaptativo caracterizado por el uso de una lengua diferente de la L1 de los alumnos para impartir los contenidos no lingüísticos, pero no sólo por eso.
Así, algunos autores han reflexionado sobre los factores que caracterizan la metodología CLIL más allá de la sustitución de la lengua vehicular. Los más destacados se presentan a continuación:
- Es una metodología centrada en el alumno: La metodología CLIL tiene que promover la implicación de los alumnos y tiene que promover aprendizajes auténticos inspirándose en situaciones y contextos cercanos a la realidad de los alumnos. Toma como punto de partida aspectos concretos para después generalizar. De esta forma se ayuda a los alumnos a la comprensión de los nuevos conceptos en una lengua diferente de su L1.
- Es una metodología flexible: Al estar centrada en los alumnos necesita adaptarse a ellos, atendiendo a sus diferentes estilos de aprendizaje. Hay que tener presente, por lo tanto, que los alumnos no tienen porque ser expertos en la lengua vehicular y, por lo tanto, es fundamental adaptar los textos a sus competencias o promover otras estrategias para facilitar la comprensión del contenido y el contexto.
- Fomenta un aprendizaje interactivo y autónomo: Interactivo en cuanto a la relación con el resto de alumnos. Autónomo porque como la metodología está centrada en el alumno, es este el que controla el proceso. Esta característica también se materializa a la evaluación, donde toman especial importancia herramientas como las rúbricas y las evaluaciones peer2peer.
- Uso de múltiples recursos: Particularmente por el que hace el uso de las TIC, que ayudarán a aportar una rica variedad de recursos multimedia para enriquecer el proceso.
- Orientada a tareas: La tarea será la unidad esencial de proceso, donde el alumno habrá realizar una serie de actividades para obtener el producto final propuesto en la tarea. Las tareas pueden ser de recepción, que implican acciones como recopilar, contrastar o analizar, y de producción, que implican expresarse e interactúar de forma escrita y/u oral. La dificultad de las tareas tiene que ser progresiva y estar ligado a la progresión de las destrezas de los alumnos.
En cuanto a los resultados obtenidos empleando esta metodología, varios estudios avalan la validez de CLIL en el aprendizaje de lenguas que, todo y la dificultad para establecer una serie de elementos estándares de medida para comparar experiencias CLIL entre varios territorios (dificultad que es todavía más notable si pensamos en las diferencias socioculturales hacia la lengua objeto de estudio que pueden variar en función de los países y/o las lenguas estudiadas), ponen de manifiesto que es precisamente en la producción oral donde más notables son los efectos del aprendizaje de lengua empleando este enfoque frente a la enseñanza tradicional.
Hay que señalar que la metodología CLIL también ha sido objeto de críticas. Algunos estudios indican que esta metodología puede provocado una reducción de la participación de los alumnos en la clase, aconteciendo el idioma en que se transmiten los contenidos un “obstáculo” añadido. Otro elemento crítico comentado al mismo estudio es el hecho que los profesores que tienen que llevar a cabo esta transmisión de contenidos en una lengua diferente de la L1 no sean nativos en la lengua de estudio y, en muchos casos, ni siquiera expertos. Esto puede provocar limitaciones en la calidad de la lengua expuesta, pero también en la calidad de los contenidos transmitidos, puesto que los docentes se ven limitados en cuanto a los recursos expositivos cuando emplean una lengua que no dominan.
En cualquier caso, la metodología CLIL supone una forma dinámica de aprender lenguas que integra en su concepción actual el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y, en cierto modo, está embebida en la enseñanza a distancia que toma como base Internet. Sin duda nos dirigimos hacia un futuro educativo en un contexto plurilingüe.
Más información:
Conectivismo, un nuevo enfoque pedagógico
Recientemente un nuevo concepto está adquiriendo más y más popularidad entre los que nos dedicamos a la docencia, especialmente a los que nos dedicamos a la enseñanza online. Se trata del conectivismo. Pero en qué consiste el conectivismo? En la siguiente entrada se tratará de analizar algunas de las claves de este fenómeno.
El conectivismo supone un nuevo enfoque por las teorías del aprendizaje tradicionales que surge del impacto de la tecnología y la Sociedad de la Información a los procesos de enseñanza-aprendizaje. En ese sentido, pretende ser una actualización de las teorías conductivista, cognitivista y constructivista que permita explicar el aprendizaje en la Era Digital.
Originalmente propuesto por George Siemens y posteriormente ampliado por Stephen Downes, el conectivismo se construye sobre tres componentes fundamentales:
- La teoría del caos: Esta teoría prescribe que los procesos muy complejos son difícil de predecir puesto que ligeros cambios en su estructura pueden provocar grandes cambios en el comportamiento a largo plazo. En ese sentido, acontece más importando la capacidad de adaptación a un entorno altamente cambiando que el hecho de poder parametrizar dicho entorno.
- Importancia de las redes: Gracias a un mundo interconectado, el acceso al conocimiento es mucho más inmediato y está, en gran medida, condicionado por la facilidad con que el individuo estructura su acceso al mismo. En ese sentido, toma mucha relevancia la construcción de una red personal de aprendizaje (PLE).
- Complejidad y autoorganización: Dentro de los sistemas formados por infinidad de interacciones de forma que son altamente complejos, poco predecibles y, por lo tanto, incontrolables también se generan sinergias y procesos de autocoordinación que permiten al sistema seguir funcionando.
Hay que señalar que, a pesar de que Siemens presenta el conectivismo como una teoría del aprendizaje, algunas voces críticas no acaban de aceptar esta clasificación. Por eso, y mientras no se presenten nuevos estudios que avalen la idea del conectivismo como teoría del aprendizaje, hay que ser cautos y darle únicamente el tratamiento de enfoque pedagógico.
Sea como fuere, tal y cómo afirma su autor, el “conectivismo está basado en la comprensión de que las decisiones se fundamentan en elementos cambiantes. Información nueva es continuamente adquirida y es vital saber distinguir lo que es importante de lo que no. También es crítico saber reconocer cuando las nuevas informaciones alteran la validez de las decisiones tomadas ayer”
En base a esta definición, Siemens propone una serie de principios que tienen que caracterizar la enseñanza en base al enfoque conectivista:
- El aprendizaje y el conocimiento residen en la diversidad de opiniones. En ese sentido es importante presentar el todo para seleccionar el mejor enfoque.
- El aprendizaje es un proceso de conexión de nodos. Recibe una gran importancia el proceso de creación de redes formadas por nodos que representan recursos especializados o fondos de información relacionados con los contenidos objeto de estudio.
- El aprendizaje puede residir en elementos no humanos. Es decir, que puede residir fuera del individuo en la medida que este puede ser activado o facilitado gracias a la tecnología. Algunos autores, pero, consideran que para ser más precisos habría que hablar de información o conocimiento.
- La capacidad de saber es más crítica que lo que realmente se sabe. La capacidad del individuo para buscar el conocimiento y nutrir su red se revela como muy importante.
- Nutrir y mantener las conexiones es necesario para facilitar el aprendizaje continuo. El aprendizaje es un proceso continuo, no estados definitivos o un producto. Por lo tanto, es fundamental continuar nutriendo la red de conexiones y actualizando los nodos existentes.
- La destreza para ver conexiones es fundamental. Esta destreza implica reconocer patrones y encontrar puntos de unión entre los campos, ideas y conceptos como parte fundamental de la evolución de la red de aprendizaje.
- Un conocimiento actualizado es la meta de toda actividad de aprendizaje conectivista. En definitiva, el objetivo final del conectivismo es estar al día en un mundo que cambia constantemente.
De forma transversal a los principios enunciados, hay que señalar la importancia que adquiere en el enfoque conectivista la toma de decisiones. Así, los alumnos tienen que ser capaces de discernir qué aprender y de interpretar aquello que reciben a través de su red en un contexto de cambio constante. En palabras de su autor “Puede haber una respuesta correcta hoy que sea incorrecta mañana debido de a los cambios en la información que afecta a la decisión”.
Pero, ¿cuáles son las propiedades que definen una actividad de cariz conectivista? En este punto, es interesante hacer referencia a las propiedades enunciadas por Downes:
- Diversidad: La diversidad ofrece a los alumnos la exposición a varias opiniones y perspectivas, sin obviar ninguna de ellas.
- Autonomía: Los estudiantes tienen el control del proceso, puesto que son ellos los que deciden qué aprenden, los que establecen las conexiones entre los diferentes conceptos y determinan que es relevante por sus necesidades de aprendizaje.
- Interactividad: Esto es, la conexión entre los estudiantes y los recursos de su red de aprendizaje, ya sean otras personas o información. Esta interactividad tiene lugar de forma continua y sin restricción.
- Apertura: El en torno a aprendizaje no tiene límites. Esta propiedad es, en gran medida, facilitada gracias al uso de las nuevas tecnologías que permiten al estudiante acceder a información cada vuelta más diseminada a través de una red casi infinita.
Por lo tanto, es importante remarcar la importancia que tienen las tecnologías de la información y la comunicación, así como la Sociedad de la Información, en la definición y el contexto del conectivismo.
Sea como fuere, el conectivismo está ganando cada vez más y más adeptos y parece definirse como un enfoque pedagógico de gran repercusión en los procesos docentes actuales. Pero, ¿está el conectivismo aquí para quedarse? ¿O es más bien una moda pasajera? De la respuesta a esta pregunta depende el futuro de la educación.
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¿Qué es el diseño tecnopedagógico?
No es un concepto nuevo, pero todavía existen algunas organizaciones dedicadas en la formación que no contemplan, o por lo menos, no lo hacen de forma directa, este proceso fundamental en toda acción de intención formativa. A continuación voy a desgranar algunos de los aspectos más relevantes del diseño tecnopedagógico.
El diseño tecnopedagógico (DTP) surge de la necesidad de optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje para garantizar su éxito. Es por eso que, necesariamente, tiene que integrar en su intervención los diferentes aspectos que convergen en la programación de intenciones pedagógicas y en la generación de los recursos materiales. Por lo tanto, el DTP acontece un concepto en el que confluyen aspectos tan aparentemente dispares como la psicología, las teorías del aprendizaje, el diseño o las tecnologías de la información y la comunicación. Esta combinación disciplinar dota al campo del DTP de múltiples perspectivas que lo acercan a la ciencia, el arte o la ingeniería, disciplinas que también han ejercido una importante influencia en su evolución.
Esta concepción multidimensional del DTP plantea una especialización profesional en el campo de la enseñanza que combina los conocimientos pedagógicos con la aplicación de los últimos avances en las tecnologías de la información y la comunicación. En definitiva, un perfil que no tiene por qué coincidir con el del profesor, es decir, la persona que domina la materia o disciplina a enseñar y que imparte el curso. De esta forma, se manifiesta la figura del diseñador tecnopedagógico como un nuevo agente en el proceso educativo que se encarga de tomar las decisiones relativas a la elección de estrategias pedagógicas y el desarrollo de los recursos educativos, así como su evaluación y mantenimiento.
La influencia de las corrientes psicológicas y pedagógicas a lo largo de la historia del DTP es evidente. Pero resulta especialmente interesante como partir de la década de los 80 y, sobre todo, en la de los 90 la popularización de los microcomputadores revolucionó la concepción del DTP, hasta el punto de impregnar las TICs completamente su práctica, no sólo desde el punto de vista del que se tiene que diseñar (recursos educativos, cursos online…) sino también desde el punto de vista del propio diseño (herramientas de apoyo al diseño, gestión del conocimiento…). Más todavía, con la aparición de Internet, la formación a distancia ha acontecido una modalidad educativa fuertemente ligada al DTP. Hoy por hoy, resulta difícil hablar de diseño pedagógico sin añadir “tecno” entre los dos conceptos.
En cuanto al futuro del DTP, los continuos avances tecnológicos nos están convirtiendo en una sociedad altamente conectada, en continúa comunicación con nuestro entorno y con acceso inmediato al conocimiento, lo que plantea nuevos retos por la educación del siglo XXI. Es en este contexto global donde el campo del DTP tiene que determinar, en cada caso, las estrategias de actuación más adecuadas para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y es en ese escenario donde tiene que tomar cada vez más relevancia la figura del diseñador tecnopedagógico, para así acontecer un rol fundamental en la organización de cualquier acción con intenciones formativas.
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