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El futuro ya está aquí

Blade Runner (Ridley Scott, 1982), Regreso al Futuro II (Robert Zemeckys, 1989) o El Quinto Elemento (Luc Besson, 1997) son tres películas que presentan el futuro de forma muy diferente, pero las tres coinciden en algo: los coches voladores. Y es que para la ciencia ficción parece que esa sea una característica esencial de toda sociedad avanzada futurista: Si no hay coches voladores, no estamos en el futuro.

(Colega)¿Dónde está mi coche volador?

Pues ese futuro está cada vez más cerca con el, cada vez, más omnipresente uso de drones. Por ejemplo, recientemente la empresa de venta online Amazon ha presentado Amazon Prime Air, un sistema de reparto de productos capaz de hacer llegar un pedido a casa del comprador con un drone guiado por GPS en 30 minutos. La empresa británica tiene un sistema de logística muy eficiente, pero recibir un pedido online en casa en media hora, sin duda,  supondria un importante hito en la historia del comercio electrónico.

Esto, evidentemente, sólo sería aplicable a compradores cuya dirección de entrega se encontrase dentro de un radio determinado del centro de distribución, ya que el drone tiene una autonomía limitada. Sin embargo, las mejoras tecnológicas y la reducción del precio de estos dispositivos, plantean un amplio abanico de posibilidades. Incluso hay quien plantea la posibilidad de crear una red formada por estaciones de carga (o de intercambio de batería) para mejorar la autonomía de los drones y dar paso a una Internet logística: una red distribuida y altamente conectada en la que los usuarios puedan intercambiar objetos físicos. Esto sí que suena a ciencia ficción, ¿no? Sin embargo, en la siguiente charla TED se presenta un proyecto en el que algo similar ya está en funcionamiento y su propio autor plantea la posibilidad de extrapolar esa forma de transporte a las grandes ciudades.

Pues sí, parece que esos coches voladores que tanto hemos visto en el cine de ciencia ficción empiezan a tomar forma de drone. ¿Quien iba a decir que estos aparatos voladores no tripulados, tan tristemente conocidos por sus intervenciones en entornos bélicos, podrían ser los promotores de una revolución tecnológica y social tan importante? Tampoco es tan sorprendente que un invento con fines beligerantes acabe resultando beneficioso para la Humanidad; no hemos de olvidar que, al fin y al cabo, a la investigación militar debemos el origen de los ordenadores y de la red Internet.

CLIL y conectivismo, una relación con mucha química

Ya se ha hablado anteriormente en este blog de conectivismo y de CLIL, dos paradigmas educativos que, a simple vista, parece que tienen muchos puntos de encuentro. Sin embergo, a diferencia del conectivismo, que es un enfoque pedagógico relativamente reciente, CLIL ya lleva mucho tiempo con nosotros; de hecho, originariamente, está asociado con el constructivismo.

El objetivo de esta entrada es poner de manifiesto los evidentes elementos comunes que presentan estos dos paradigmas educativos y determinar hasta qué punto una actividad CLIL se puede plantear desde un punto de vista conectivista. Eso sí, hay que tener en cuenta que el enfoque o paradigma bajo el que se catalogue una actividad CLIL dependerá de cómo esté esta diseñada.

A continuación se enumerarán una por una las propiedades enunciadas por Downes para caracterizar el conectivismo y se comentará como se relacionan con las características de la metodología CLIL. Para más información sobre las diferentes características, remitirse al artículo previo publicado en este blog en el que se habla del conectivismo.

Vamos con las características:

El conectivismo implica diversidad

La diversidad en CLIL se caracteriza por la enseñanza centrada en el alumno, obteniendo su implicación a través de la propuesta de actividades que partan de su contexto y necesidades más inmediatas para, gradualmente, ir ampliando el foco. Evidentemente, estas necesidades de partida pueden variar de un individuo a otro.

También es una característica relacionada con la diversidad el hecho que CLIL proponga un tipo de enseñanza flexible y facilitadora, es decir, que atienda a los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos, adaptando así el grado y complejidad tanto de los contenidos como de la exposición a la lengua objeto de estudio.

Otro aspecto a tener presente es el hecho que al impartir las enseñanzas en una lengua extranjera, es más que probable que en algún momento forman parte de los contenidos artículos y/u opiniones que provengan de contextos sociales y culturales diferentes, contrastando así con aquellas opiniones que se han tomado como punto de partida.

El conectivismo promueve la autonomía

La autonomía es una de las características de la metodología CLIL, que confiere al alumno la responsabilidad de recopilar, contrastar o analizar informaciones relacionadas con un tema determinado.

También hay que señalar la autonomía que se le cede al alumno para que sea protagonista de su aprendizaje de la lengua de estudio, de forma que tendrá que diseñar estrategias para compensar las carencias comunicativas que encuentre en el proceso de aprendizaje.

El connectivismo se basa en la interactividad

Otra característica inherente a CLIL es la interactividad, de forma que se fomentan las actividades en las que los alumnos interactúan entre ellos, en grupos o no, o con terceras personas.

La interacción es una parte fundamental del aprendizaje de lenguas en todas sus vertientes, ya sea en la producción textual u oral, en definitiva, de la competencia comunicativa.

El conectivismo tiene lugar en condiciones de apertura

Esta característica la encontramos al CLIL en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación que fomentan la apertura del aula más allá de sus umbrales físicos.

Como se puede apreciar, es relativamente sencillo asociar las características de la metodología CLIL con las propiedades que definen el conectivismo. Por lo tanto, hay que concluir que no son conceptos incompatibles y que es posible plantear una actividad CLIL desde un punto de vista conectivista. De hecho, visto lo visto, se puede afirmar que el enfoque conectivista encaja en la perfección con los principios de la metodología CLIL. Parece que después de todo este tiempo, CLIL ha encontrado un compañero de viaje a su medida. O parafraseando una mítica frase de película, parece que este puede ser el comienzo de una bonita amistad.

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