Con la aparición de los discos SSD, las interfaces existentes para con los medios de almacenamiento se han convertido en un cuello de botella para las posibilidades del medio electrónico. Por ello, se han buscado formas más eficientes de comunicarse con el dispositivo de almacenamiento y aquí es donde ha aparecido el puerto PCIe con sus lanes para marcar la diferencia.
En el artículo que se enlaza a continuación se ponen a prueba algunas de estas soluciones de almacenamiento electrónico basados en PCIe. Bueno, el resultado se resume bastante bien en las siguientes palabras del autor:
La diferencia entre uno y otro es sencillamente aplastante en rendimiento, y la razón es clara: la interfaz SATA 3 Gbps (e incluso SATA 6 Gbps, menos estándar aún hoy en día) no pueden competir con el ancho de banda que ofrece una ranura PCIe x4. Mientras que los primeros acaban siendo un cuello de botella para las potentes memorias NAND de estas unidades, la ranura PCIe x4 es como una autopista de peaje, en la que los datos pueden ir a toda pastilla sin preocuparse de los atascos… ni de las multas de la DGT, claro
Pero lo mejor es leer el artículo entero que se encuentra en la siguiente dirección: