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Conectivismo, un nuevo enfoque pedagógico

Recientemente un nuevo concepto está adquiriendo más y más popularidad entre los que nos dedicamos a la docencia, especialmente a los que nos dedicamos a la enseñanza online. Se trata del conectivismo. Pero en qué consiste el conectivismo? En la siguiente entrada se tratará de analizar algunas de las claves de este fenómeno.

El conectivismo supone un nuevo enfoque por las teorías del aprendizaje tradicionales que surge del impacto de la tecnología y la Sociedad de la Información a los procesos de enseñanza-aprendizaje. En ese sentido, pretende ser una actualización de las teorías conductivista, cognitivista y constructivista que permita explicar el aprendizaje en la Era Digital.

Conectivismo, ¿el aprendizaje del s. XXI?
Conectivismo, ¿el aprendizaje del s. XXI?

Originalmente propuesto por George Siemens y posteriormente ampliado por Stephen Downes, el conectivismo se construye sobre tres componentes fundamentales:

  • La teoría del caos: Esta teoría prescribe que los procesos muy complejos son difícil de predecir puesto que ligeros cambios en su estructura pueden provocar grandes cambios en el comportamiento a largo plazo. En ese sentido, acontece más importando la capacidad de adaptación a un entorno altamente cambiando que el hecho de poder parametrizar dicho entorno.
  • Importancia de las redes: Gracias a un mundo interconectado, el acceso al conocimiento es mucho más inmediato y está, en gran medida, condicionado por la facilidad con que el individuo estructura su acceso al mismo. En ese sentido, toma mucha relevancia la construcción de una red personal de aprendizaje (PLE).
  • Complejidad y autoorganización: Dentro de los sistemas formados por infinidad de interacciones de forma que son altamente complejos, poco predecibles y, por lo tanto, incontrolables también se generan sinergias y procesos de autocoordinación que permiten al sistema seguir funcionando.

Hay que señalar que, a pesar de que Siemens presenta el conectivismo como una teoría del aprendizaje, algunas voces críticas no acaban de aceptar esta clasificación. Por eso, y mientras no se presenten nuevos estudios que avalen la idea del conectivismo como teoría del aprendizaje, hay que ser cautos y darle únicamente el tratamiento de enfoque pedagógico.

Sea como fuere, tal y cómo afirma su autor, el “conectivismo está basado en la comprensión de que las decisiones se fundamentan en elementos cambiantes. Información nueva es continuamente adquirida y es vital saber distinguir lo que es importante de lo que no. También es crítico saber reconocer cuando las nuevas informaciones alteran la validez de las decisiones tomadas ayer”

En base a esta definición, Siemens propone una serie de principios que tienen que caracterizar la enseñanza en base al enfoque conectivista:

  • El aprendizaje y el conocimiento residen en la diversidad de opiniones. En ese sentido es importante presentar el todo para seleccionar el mejor enfoque.
  • El aprendizaje es un proceso de conexión de nodos. Recibe una gran importancia el proceso de creación de redes formadas por nodos que representan recursos especializados o fondos de información relacionados con los contenidos objeto de estudio.
  • El aprendizaje puede residir en elementos no humanos. Es decir, que puede residir fuera del individuo en la medida que este puede ser activado o facilitado gracias a la tecnología. Algunos autores, pero, consideran que para ser más precisos habría que hablar de información o conocimiento.
  • La capacidad de saber es más crítica que lo que realmente se sabe. La capacidad del individuo para buscar el conocimiento y nutrir su red se revela como muy importante.
  • Nutrir y mantener las conexiones es necesario para facilitar el aprendizaje continuo. El aprendizaje es un proceso continuo, no estados definitivos o un producto. Por lo tanto, es fundamental continuar nutriendo la red de conexiones y actualizando los nodos existentes.
  • La destreza para ver conexiones es fundamental. Esta destreza implica reconocer patrones y encontrar puntos de unión entre los campos, ideas y conceptos como parte fundamental de la evolución de la red de aprendizaje.
  • Un conocimiento actualizado es la meta de toda actividad de aprendizaje conectivista. En definitiva, el objetivo final del conectivismo es estar al día en un mundo que cambia constantemente.

De forma transversal a los principios enunciados, hay que señalar la importancia que adquiere en el enfoque conectivista la toma de decisiones. Así, los alumnos tienen que ser capaces de discernir qué aprender y de interpretar aquello que reciben a través de su red en un contexto de cambio constante. En palabras de su autor “Puede haber una respuesta correcta hoy que sea incorrecta mañana debido de a los cambios en la información que afecta a la decisión”.

Pero, ¿cuáles son las propiedades que definen una actividad de cariz conectivista? En este punto, es interesante hacer referencia a las propiedades enunciadas por Downes:

  • Diversidad: La diversidad ofrece a los alumnos la exposición a varias opiniones y perspectivas, sin obviar ninguna de ellas.
  • Autonomía: Los estudiantes tienen el control del proceso, puesto que son ellos los que deciden qué aprenden, los que establecen las conexiones entre los diferentes conceptos y determinan que es relevante por sus necesidades de aprendizaje.
  • Interactividad: Esto es, la conexión entre los estudiantes y los recursos de su red de aprendizaje, ya sean otras personas o información. Esta interactividad tiene lugar de forma continua y sin restricción.
  • Apertura: El en torno a aprendizaje no tiene límites. Esta propiedad es, en gran medida, facilitada gracias al uso de las nuevas tecnologías que permiten al estudiante acceder a información cada vuelta más diseminada a través de una red casi infinita.

Por lo tanto, es importante remarcar la importancia que tienen las tecnologías de la información y la comunicación, así como la Sociedad de la Información, en la definición y el contexto del conectivismo.

Sea como fuere, el conectivismo está ganando cada vez más y más adeptos y parece definirse como un enfoque pedagógico de gran repercusión en los procesos docentes actuales.  Pero, ¿está el conectivismo aquí para quedarse? ¿O es más bien una moda pasajera? De la respuesta a esta pregunta depende el futuro de la educación.

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¿Qué es el diseño tecnopedagógico?

No es un concepto nuevo, pero todavía existen algunas organizaciones dedicadas en la formación que no contemplan, o por lo menos, no lo hacen de forma directa,  este proceso fundamental en toda acción de intención formativa.  A continuación voy a desgranar algunos de los aspectos más relevantes del diseño tecnopedagógico.

El diseño tecnopedagógico (DTP) surge de la necesidad de optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje para garantizar su éxito. Es por eso que, necesariamente, tiene que integrar en su intervención los diferentes aspectos que convergen en la programación de intenciones pedagógicas y en la generación de los recursos materiales. Por lo tanto, el DTP acontece un concepto en el que confluyen aspectos tan aparentemente dispares como la psicología, las teorías del aprendizaje, el diseño o las tecnologías de la información y la comunicación. Esta combinación disciplinar dota al campo del DTP de múltiples perspectivas que lo acercan a la ciencia, el arte o la ingeniería, disciplinas que también han ejercido una importante influencia en su evolución.

El diseñador tecnopedagógico, el nuevo hombre del renacimiento
El diseñador tecnopedagógico, el nuevo hombre del renacimiento

Esta concepción multidimensional del DTP plantea una especialización profesional en el campo de la enseñanza que combina los conocimientos pedagógicos con la aplicación de los últimos avances en las tecnologías de la información y la comunicación. En definitiva, un perfil que no tiene por qué coincidir con el del profesor, es decir, la persona  que domina la materia o disciplina a enseñar y que imparte el curso. De esta forma, se manifiesta la figura del diseñador tecnopedagógico como un nuevo agente en el proceso educativo que se encarga de tomar las decisiones relativas a la elección de estrategias pedagógicas y el desarrollo de los recursos educativos, así como su evaluación y mantenimiento.

La influencia de las corrientes psicológicas y pedagógicas a lo largo de la historia del DTP es evidente. Pero resulta especialmente interesante como partir de la década de los 80 y, sobre todo, en la de los 90 la popularización de los microcomputadores revolucionó la concepción del DTP, hasta el punto de impregnar las TICs completamente su práctica, no sólo desde el punto de vista del que se tiene que diseñar (recursos educativos, cursos online…) sino también desde el punto de vista del propio diseño (herramientas de apoyo al diseño, gestión del conocimiento…). Más todavía, con la aparición de Internet, la formación a distancia ha acontecido una modalidad educativa fuertemente ligada al DTP. Hoy por hoy, resulta difícil hablar de diseño pedagógico sin añadir “tecno” entre los dos conceptos.

En cuanto al futuro del DTP, los continuos avances tecnológicos nos están convirtiendo en una sociedad altamente conectada, en continúa comunicación con nuestro entorno y con acceso inmediato al conocimiento, lo que plantea nuevos retos por la educación del siglo XXI. Es en este contexto global donde el campo del DTP tiene que determinar, en cada caso, las estrategias de actuación más adecuadas para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y es en ese escenario donde tiene que tomar cada vez más relevancia la figura del diseñador tecnopedagógico, para así acontecer un rol fundamental en la organización de cualquier acción con intenciones formativas.

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