El aula es un entorno altamente heteregéneo y, como tal, resulta muy complejo planificar cursos y asignaturas contemplando las necesidades de todos los alumnos. Más aún cuando algunos alumnos presentan dificultades para el aprendizaje como resultado de algún trastorno neurológico. Según la normativa vigente (reforzada por alguna de las modificaciones propuestas por la LOMCE) prescribe que hay que incluir un epígrafe en las programaciones en el que se determinen las adaptaciones a realizar para estos alumnos que presenten necesidades educativas específicas. Hay que incluirlo y hay que aplicarlo.
Un caso muy frecuente es el del alumno con Transtorno de Defícit de Atención e Hiperactividad (TDAH), un trastorno neurológico que se caracteriza por:
- Hiperactividad: Alumnos que no se pueden estar quietos y que suelen ser bastante habladores.
- Impulsividad: Alumnos que actúan sin pensar, interrumpiendo muchas veces la marcha de la clase.
- Deficit de atención: Alumnos que presentan dificultades para concentrarse y se distraen con facilidad.
Pues bien, cuando se da la situación de que tienes un grupo con uno (o varios) alumnos diagnosticados de TDAH, bueno, como se suele decir…. DON’T PANIC!
Efectivamente, existe mucha información en Internet sobre como tratar con los alumnos con este trastorno, como por ejemplo, esta web en la que se explican las características del TDAH y se dan algunas recomendaciones para su tratamiento en el aula. Aunque también es cierto que Internet, a veces, nos inunda con excesiva información y no siempre suficientemente contrastada.
Personalmente, considero que el siguiente manual editado por la Conselleria d’Educació, resulta muy ilustrador como punto de partida: presenta de una forma muy resumida una visión general sobre el TDAH, sus síntomas y se proponen una serie de orientaciones para el aula. Y distinguiendo entre primaria y secundaria. Imprescindible!
Las orientaciones propuestas en el documento, me llevan a otra reflexión: ¿Qué ocurre con el aulmno TDAH en las modalidades educativas online?
Si nos fijamos en las recomendaciones, fundamentalmente tienen que ver con la motivación, el trabajo cooperativo y la estructuración de lecciones y actividades. Sobre el papel, son características inherentes a la educación en línea.
Además, también se suelen marcar como elementos clave para mejorar la conducta y el rendimiento en el aula del alumno TDAH el determinar correctamente la ubicación en el aula para evitar distracciones y mantener rutinas para facilitar la organización. Lo primero deja de ser un problema en la modalidad online y lo segundo es algo deseable y fácilmente implementable en un curso online.
Está claro que la educación en línea presenta otros retos para el alumno TDAH, principalmente relacionados con las distracciones (otras pestañas del navegador de Internet, elementos de la habitación donde está el alumno, etc) y la comunicación asíncrona (el alumno no recibe feedback de forma inmediata). Pero quizá, el modelo centrado en el alumno que propone la educación a distancia pueda aportar una perspectiva interesante a las dificultades en el aprendizaje que presenta este tipo de alumnado.
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